"Resulta evidente que la emisión de nuestra voz varía según el estado de nuestro cuello.
En el jazz en concreto, se tiende a mover la posición de la mandíbula (hacia adelante o atrás) dependiendo de la nota que estemos tocando y del timbre que deseamos dar a dicha nota. Así, se tiende a dar más brillo y cuerpo a las notas agudas, por lo que echamos la mandíbula hacia adelante, y a oscurecer y destimbrar las graves (un efecto conocido como subtono), echando para ello la mandíbula hacia atrás. En el saxo clásico, en general, estos movimientos son mucho más discretos y no se utilizan tanto. Por supuesto, nos pueden interesar notas agudas con menos brillo (por lo que echaríamos la mandíbula hacia atrás), y graves con un sonido pleno y amplio -lo que en inglés llaman full tone- (en este caso echaríamos la mandíbula hacia adelante).
A la hora de tocar debemos tener la mandíbula libre, y debido a la relación existente entre la musculatura de la mandíbula y la del cuello, para tener la mandíbula no agarrotada, nuestro cuello también ha de estar libre.
El sonido no depende sólo de nuestra mandíbula, sino del uso de todo nuestro cuerpo."
Ibon Irijoa (Musikene, 4º saxo jazz y Técnica Alexander)
No hay comentarios:
Publicar un comentario