lunes, 28 de junio de 2010

Hacer consciente el hábito - Inhibir - Recuperar el buen uso

El trabajo de TA con el músico se centra inicialmente en poder hacer conscientes los hábitos contraproducentes que son los causantes de interferir con el buen uso y sobre todo con el SONIDO.
Adjuntaré regularmente comentarios de músicos que estudian o han estudiado Técnica Alexander y explican el desarrollo con su instrumento.
Hoy expone su comentario Sara - fagot -, y me gustaría explicar que en el caso de este instrumento, debemos respetar el control primario (relación dinámica entre cuello-cabeza-espalda) evitando que el tipo de correas que se utilicen no acorten esa relación fundamental para mantener la largura de estatura natural. En mi opinión no existen correas perfectas; pero sí existe un buen uso que favorece la resistencia del fagotista a la fuerza que ejercen las correas. Lo importante es saber cómo controlar la respuesta al estímulo. El fagot necesita del mínimo esfuerzo en brazos y manos para poder tener un sonido estable que parte del soporte utilizado desde la musculatura de la espalda (zona lumbar).
Bibliografía:
"The Bassoon" - W.Waterhouse (chapter 3), section on support systems.
Describe las ventajas y desventajas desde su punto de vista como intérprete, profesor y años de experiencia en trabajo de T.Alexander.


Comentario
Sara Galán, alumna de 4º curso de Musikene en especialidad de fagot, 3º de Técnica Alexander (19 de mayo de 2010).

Hola Anne!!

Es complicado empezar a comentar lo que me pides, ya que es una trayectoria muy larga y las mejoras han sido muchas. Hace exactamente tres años tuve una sobrecarga en el brazo izquierdo como consecuencia del estrés por el final de mi primer curso de superior y de bachillerato. Sin darme cuenta, sobrehacía en el cuello y esto se extendió también al brazo izquierdo, por culpa, en parte, del peso que la posición de mi instrumento, el fagot, ejerce sobre este brazo.
Tras un verano de reposo, comencé mis clases de Técnica Alexander en septiembre, en las cuales fui aprendiendo poco a poco que mi cuerpo funciona a través de mi cerebro, y que uno y otro son inseparables. Fue entonces cuando conocí la conexión entre cuello-cabeza-espalda y, un poco más adelante, también la importantísima conexión de éstos con las rodillas y brazos.
Pero lo que sin duda más me ayudó fue el proceso de "inhibición". Parece paradójico, pero este "dejar de hacer" me resultaba mucho más difícil que el "hacer" de mis hábitos, tan arraigados en mi vida cotidiana con y sin el fagot. Todo esto me llevó también a la conclusión a la que Alexander llegó: la percepción de mis sensaciones es errónea.
Ahora que estoy terminando la carrera superior de música, y después de tres años practicando la Técnica Alexander, algunos de mis antiguos hábitos parecen ir desapareciendo poco a poco y las mejoras en relación a mi Buen Uso van en aumento. Esto es en mi vida cotidiana y, sobre todo, a la hora de tocar el fagot, ya que muchas de las sobretensiones que ejercía en el cuello que antes desembocaban, por ejemplo, en la embocadura, apretando la caña y, como consecuencia apagando y oscureciendo el sonido, ahora casi han desaparecido.
Las sobretensiones que mis antiguos hábitos ejercían en mi brazo izquierdo van disminuyendo, aunque el antiguo hábito, cuando aparecen sobre todo los nervios en escena, a veces sigue apareciendo. Los nervios en escena también van reduciéndose, ya que mi control de las direcciones sobre mi organismo psicofísico tras estos tres años han mejorado considerablemente.
La Técnica Alexander me ha ayudado a conocerme tanto a mí misma como con el fagot.

Un saludo,
Sara