Cuando los alumnos trabajan con estas herramientas de modo regular, integradas en su estudio habitual, es evidente que el uso psicofísico del músico mejora y por tanto el funcionamiento es mucho más eficaz y concentrado.
En un recital final el estímulo crece muchísimo y es importante mantener la unidad del control primario; además, ayuda el haber trabajado durante el curso la presencia en escena y la concentración y
percepción sensorial fiable.
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