Es importante centrarse en el estudio regular del músico (el día a día) para poder cambiar hábitos que aparecen desde el primer contacto con el instrumento o la voz:
el control consciente de éste podría en primer lugar centrar el pensamiento en una articulación fundamental que influye directamente sobre la calidad sonora:
se trata de la articulación atlantooccipital, la que une el atlas con el occipucio o base del cráneo. La libertad de esta articulación asegura el buen equilibrio de la cabeza sobre el cuello y puede garantizar el respeto del buen uso del músico (resto de la columna y extremidades) + calidad en su emisión.
El músico puede relacionar directamente la calidad sonora con el buen uso de su control primario, así el estudio puede llegar a ser ordenado y de calidad, sin caer en el estudio mecánico sin control ni expresividad.
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