Debido a estas fechas en las que se celebran los recitales fin de carrera del músico, me gustaría resumir la observación general sobre varios recitales que he escuchado y observado:
desde el punto de vista del control consciente, presencia y control sonoro, en general se puede subrayar una observación importante: ante un estímulo tan alto, la reacción del músico en el recital fin de carrera tiende a subrayar la respuesta sin inhibición. En mi opinión, la inhibición es el paso fundamental en el que el músico debe pensar más que nunca para basar su sonido en una constante de dejar de hacer, más aún en un recital fin de carrera. De este modo, el peso no se sujeta en ningún momento del recital, y se respeta la largura y anchura del control primario del músico en escena. El dejar de hacer equilibra el tono necesario en la musculatura implicada directamente en cada frase y cada sonido.
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