Me parece importante celebrar el V.Centenario de Antonio de Cabezón (1510 -2010) que he recordado con su música en la iglesia de su pueblo natal, Castrillo de Matajudíos (Burgos) y quiero difundir siguiendo el principio sonoro de su música con un nuevo medio que es el acordéon de concierto.
Obras para tecla, arpa y vihuela con acordeón de concierto que, como cita John Griffiths, se acercan a la sonoridad del órgano realejo: "Esta grabación brinda una sorpresa grata y tal vez, para algunos aficionados a la música antigua, inesperada. Es, además, un disco estimulante porque plantea cuestiones sobre la naturaleza de la música antigua hoy, y la relación musical actual entre el presente y el pasado. Dentro de este marco, suscita interrogantes sobre una serie de temas fundamentales, sobre todo relacionados con nociones de autenticidad e integridad musical, cualidades que abundan en las interpretaciones aquí grabadas. Son notables estas interpretaciones de Anne Landa que logra comunicar con un instrumento que no exitía en la época de Antonio de Cabezón, aspectos esenciales de su música y de su espirítu creador. Inventado más de doscientos cincuenta años después de la muerte del compositor y habitualmente asociado con tradiciones más populares, el acordeón recuerda a los instrumentos renacentistas. Sus cañas producen un sonido no muy alejado de el de los pequeños órganos realejos de la época, de algunos registros de los órganos grandes, y de los conjuntos de chirimías, bajones y orlos que se escuchaban con frecuencia en las catedrales españolas. A través de este encuentro poco usual entre lo nuevo y lo antiguo, el acordeón ha encontrado una expresión perfectamente capaz de transportar a sus oyentes hacia el mundo sonoro de Antonio de Cabezón cinco siglos atrás". (John Griffiths)
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