martes, 25 de marzo de 2014

Presentación de TA en relación a la trompeta

Geraldo Barbosa, alumno de Erasmus en Musikene, hoy ha presentado su lectura del libro de M.Gelb "El cuerpo recobrado" y sus observaciones sobre su desarrollo con su instrumento (trompeta). Hablando de la falta de concentración en el estudio, destaca para solucionarlo la idea de "PARAR y PENSAR". Y añade que "la TA me ha enseñado a entender que el sonido es nuestra guía". "Todos somos capaces de tocar bien; solo tenemos que cambiar malos hábitos por buenos hábitos".

Violín y Buen Uso

"Tras mis primeras experiencias este curso con la técnica Alexander creo que uno de los principios básicos es aceptar que la enorme mayoría de hábitos que consideramos naturales, según nuestra percepción subjetiva, no lo son. Nos resultan naturales ya que los hemos repetido a lo largo de nuestra vida de una manera automática y sin reparar en la naturaleza primigenia del buen uso de nuestro de cuerpo, de manera que hemos convertido esos hábitos en actos reflejos que nos resultan familiares y adecuados. Este mal uso viene provocado por no analizar la evolución errónea de nuestras conductas corporales y mentales desde que nacemos y somos niños, momento en que por naturaleza realizamos un buen uso de nuestro cuerpo. Dentro de la Técnica Alexander considero que existen como pilares fundamentales el control primario, la inhibición, la dirección . El control primario comprende la relación entre cuello, cabeza y espalda. La búsqueda del tan ansiado cuello libre parte de la comprensión de que la articulación del cuello y movimientos de la cabeza, tendemos a realizarlos desde lo que anatómicamente entendemos como cuello. Esta acción es incorrecta ya que la articulación real del cuello-cabeza parte de la articulación atlantooccipital. A través de la nueva percepción de la articulación del cuello-cabeza entendemos que normalmente sobrehacemos una barbaridad y dado que el peso de la cabeza es considerable provocamos multitud de sobretensiones, aumentadas por la potencia muscular entorno al cuello que deriva en problemas hacia el resto de extremidades, espalda y compromete el buen uso peligrosamente. Desde el punto de vista de la posición de la cabeza, ésta debe estar ligeramente inclinada hacia adelante para alargar nuestro cuello y con la dirección up arriba, para que de esta manera alarguemos la columna vertebral y la cabeza sea la que sutilmente dirija los movimientos. La cadera debe ser articulada desde la ingle y no la cintura como acostumbramos a hacer, ya que no existe una articulación real a la altura de la cintura. La inhibición, el dejar de hacer, es fundamental a la hora de enfrentarnos al reto de reeducar el mal uso de nuestro cuerpo. El inhibir la acción que hemos convertido en refleja es el primer paso antes de modificarla. En nuestro caso, el de los instrumentistas, es muy común durante el estudio lanzarse al instrumento y encontrarse tocando sin haber reparado absolutamente nada en el proceso físico y mental que nos ha llevado a él. Es por ello que sólo unos segundos de parar, dejar de hacer, inhibir el hábito adquirido y pensar en el control primario y encontrar el cuello libre antes de comenzar el estudio nos aporta un nuevo enfoque a la hora de estudiar. Cuando el estudio se bloquea y se convierte en repetitivo e infructuoso también es necesario parar, reencontrarse y si es necesario acudir a la semisupina para con la ayuda de la gravedad reconocer el peso de la cabeza, los isquiones los hombros y espalda bien pegados al suelo, aprovechando todo ese contacto para al levantarnos llevarnos la dirección back con nosotros que mantiene toda nuestra sensación corporal posterior estable y flexible a la vez. Respecto a las direcciones mencionadas es importante entenderlas como impulsos mentales y no direcciones físicas o movimientos claramente palpables o visibles. En mi caso me gusta entenderlas como suaves impulsos eléctricos que parten de una idea en el cerebro, e instantáneamente algo cambia en lo físico, todo ello derivado de plantearse mentalmente una dirección. Como conclusión, entiendo que la Técnica Alexander es un proceso lento pero valiosísimo, que nos hace reparar en la manera en la que nos enfrentamos a todas las acciones que realizamos durante el día, y que en el caso de los instrumentistas, se convierte en una herramienta fundamental para mejorar tanto nuestra salud como la pura técnica, enfocándola con la distancia del instrumento y aplicando el mejor uso posible de nuestro cuerpo para conseguir los fines y objetivos musicales deseados". Jorge Llamas (alumno de 4ºde violín y TA en Musikene)