sábado, 30 de marzo de 2013

Opiniones personales de músicos

La dirección de mi uso cuando toco el oboe:


Nuestro fin como músicos no es otro que mejorar nuestro sonido, es por ello que cobran una gran importancia las direcciones primarias de las que habla Alexander. Mediante la inhibición y las direcciones primarias logramos no caer en nuestros malos hábitos, quitando así los obstáculos que nos impiden llegar a nuestro fin. Por ello, es totalmente necesario enviar mensajes desde el cerebro a los mecanismos mientras se toca un instrumento.
En el caso del oboísta, la necesidad de un buen uso está muy clara, ya que toda acción o tensión que interfiera en ese buen uso se ve rápidamente reflejada en el sonido. Las direcciones primarias nos ayudan a mantener ese buen uso. La primera, “cuello libre” hace que no mantengamos el cuello tenso, obteniendo un sonido mucho más libre y más brillante (con más armónicos). La segunda y la tercera contribuyen a que nuestra caja torácica se alargue y se ensanche, lo que hace que podamos conseguir un sonido más “redondo”, más lleno. Por último, la cuarta dirección primaria nos ayuda a liberar las rodillas, logrando tener una base firme en la que apoyar toda esa caja torácica.
Al mismo tiempo, el pensar en las diferentes direcciones nos hace darnos cuenta que hace falta mucha menos energía de la que creemos y que muchas veces enviamos demasiada energía a los mecanismos, creando las sobretensiones.
Por lo tanto, no hay duda de la importancia que cobran la inhibición y las direcciones cuando tocamos y que por ello es imprescindible mantener la mente activa y enviar constantemente mensajes desde el cerebro a los mecanismos, para así mantener el buen uso de nuestro cuerpo y lograr nuestro objetivo:  mejorar el sonido.


Ane Lore Ugarte ( 1º de oboe y 1º de Técnica Alexander en Musikene)




jueves, 14 de marzo de 2013

Opiniones personales de músicos

DIRECCIÓN EN MI USO (clarinete):

"Siempre he sido consciente de gastar un exceso de energía a la hora de tocar. Lo que nunca supe es cuánto era ese exceso, y sobre todo el bloqueo que ello generaba. Desde que en septiembre inicié Técnica Alexander, he ido tomando consciencia de ese exceso de energía y del bloqueo que eso generaba: no solo sobre el Control Primario (cuello muy tenso y echado ligeramente hacia atrás, acortamiento de la zona lumbar y bloqueo de las rodillas), sino que también afectaba a todos los mecanismos que intervienen en la emisión del aire y creación del sonido (embocadura).
Gracias al procedimiento de semi-supina, he ido tomando consciencia del Control Primario. A partir de ese instante, poco a poco me iba dando cuenta que ese Control Primario no estaba presente prácticamente en ninguna actividad de mi vida diaria, y por tanto, mucho menos a la hora de tocar. En un primer momento, creía que tomando una postura opuesta a la defectuosa conseguiría corregir el problema. Pronto descubrí que ese no era el camino a seguir. DECIDÍ CAMBIAR EL ACTO DE "CORRECCIÓN" por el de "INHIBICIÓN": detenerme, observar y sobre todo escuchar. Escuchar es lo más importante, puesto que los músicos tenemos una ventaja notable a la hora de trabajar basándonos en la Técnica Alexander, y es que ya que la apreciación sensorial es imprecisa o incluso errónea, nosotros podemos basarnos en algo que no engaña, y es el SONIDO.
La calidad del sonido siempre es el resultado de las Direcciones en el Uso."

Pablo Piñeiro (alumno de 1º de clarinete y 1º de T.Alexander en Musikene)